domingo, 12 de mayo de 2013

Oráculo

Un ciego vestido de gaucho tocó el acordeón en el subte. Sólo un tema. Se oía bajito, como si no viera.
Después la gente le puso unos centavos en su lata y las monedas caían como deseos. El ciego a cada sonido agradecía diciendo: "En esta vida estamos para divertir, y si no ¿para qué? Para hacer reír."
Parece que sabe algo que no se ve.

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