viernes, 31 de enero de 2014

El túnel del tiempo

En Villa Ortuzar está la cantina de Don Chicho, manteles de papel y sifón en mesa, como se merece el bodegón que se precie. Data de 1922 y fue fundado por una familia de italianos. Desde entonces Anibal Troilo, Osvaldo Pugliese, Floreal Ruiz, Alberto Morán y también escritores como Adolfo Bioy Casares, se sentaron a disfrutar las pastas elaboradas a mano, a la vista de todos.
La fundadora del lugar se llamó Doña Filomena, igual que mi bisabuela. Todos contadores de historias e hinchas de Chacarita, amigos queridos por todos los comerciantes tradicionales de la zona, como mi papá que desde hace cuarenta años los conoce.

Entramos. El santuario está repleto de presencias: La foto de Gardel, el póster gigante del equipo campeón del metropolitano de 1969, de Carlos María García Cambón y Eliseo Jorge Petrocelli, el escudo de Chacarita. Para el dueño, todas biblias, ningún calefón. De fondo suena un tango. Sobre una mesada, una Pastalinda y una mujer hacen fuchiles, uno por uno, enrollándolos en una varilla de paraguas.

Mi viejo se pidió la albóndigas con salsa. Apenas las probó, sucedió algo: salió del silencio en el que se hallaba y empezó a hablar.

- "Cuando vivía en el conventillo, había una italiana que cosía pantaloncitos en la Singer . Mi mamá la vio y creyó que era fácil, quiso probar. Tenía una máquina vieja que le trababa el hilo, le enganchaba la tela, pobre. Y la tana meta hacer uno atrás del otro... ¿Y cuando no había tanta tensión? Teníamos el regulador de voltaje: - "Ponelo para arriba, me decía, no, mejor para abajo"-. Me la pasaba subiendo y bajando la manija. Nunca andaba.
Para plancharlos tenía un hierro a carbón. Lo prendía hasta que estaba al rojo. Si se pasaba se quedaba sin pantalones y ese día no había qué comer.
Una vez vino mi amigo Antonio con la moto Piaggio. Íbamos a salir y se quedó sin nafta. Teníamos bencina y yo le dije que probáramos, total qué podía pasar. Le pusimos al tanque. Hicimos dos cuadras y explotó como una bomba. El escape quedó abierto como una flor.
Él sólo me preguntaba si yo estaba bien. Eran tiempos de escasez pero valorábamos a los amigos "-


Ahora en la mesa de tablones eramos tres generaciones envueltas entre relatos que se enlazaban como la buena pasta.
Yo no sé que tendrían las albóndigas, pero parece que despiertan la memoria guardada.
Mi viejo contó y contó sin parar hasta que le pasó el pan a la salsa y acabó con el último bocado. Por las dudas no pedimos postre.
Si van coman con cuidado y lleven pañuelos.
Algunas historias los pueden hacer llorar.

sábado, 25 de enero de 2014

Cosas que no podes hacer en la primera cita.



¿Vamos a la sección de horóscopos y espiritualidad?
-  Yo tiro las cartas- 
-  Enseñame, ¿Cómo tengo que hacer?
- No te puedo decir todo, pero hay cartas buenas y       hay malas...
- ¿Hay malas? Entonces no me gustan.


martes, 21 de enero de 2014

Un círculo no es rutina

La continuidad sistematiza el eje y se espeja en miles de cristales de donde surge la diferencia.


Esta mañana recibí este correo. 

"Acá estamos amiga, ¿cómo va la vida? Ayer, mañana de costura para la casa, quedó lindo. Después de una breve siesta en compañía de mi marido, que me invitó a tomar la merienda en la costa. ¡Qué lindo estaba, no sabes! Después a la verdulería, vinimos, lavé el auto, (aún en contra de los que decían que iba a llover) pero no: ¡quedó divino! (y ni una gota., como hace meses)

También encontré este cartel: Siempre  hay una razón y me acordé de algo: sólo la falta de amor hace que nos separemos."


Como todos los días, se repiten rutinas, acciones, detalles, frases, recuerdos. El amor se profundiza en lo que se repite. Repetición no es monotonía; es tolerancia, equilibrio y orden. 
La gota constante erosiona la piedra y la transforma. Las repeticiones fortifícan, se hacen músculo. Permiten comprender la fuerza y la complejidad del universo. La repetición crea un sistema y en ese conjunto aparece la diferencia. Cada experiencia permite el ajuste. Hay miles y millones de planetas en miles de millones de galaxias; una repetición en espejo a nuestro sistema. Un universo donde la repetición es evolución y una chispa de aire crea vida contra viento y marea.
Una repetición en la que, en un respiro, aparece tu vida que es única. 

Cierto equilibrio en lo que se reitera nos hace humanos.
Cubro, protejo, guardo, resguardo. Potencio, sostengo. Compongo una trama, duplico colores; somos iguales y distintos.


Por eso respira amiga. Respira. Respira. Respira. 
Y mientras tanto, sigue dejando tu huella.


jueves, 16 de enero de 2014

¿y tu madre?


Bien, en casa.



Así decía el tipo que tenía a la madre muerta en la cocina desde hacía diez años. 
La noticia no tuvo trascendencia, quedó oculta bajo otros sucesos terribles como la caída de un rayo, entre otras.

Bobby
La tenía momificada. Parece que primero había practicado con el Bobby.

Pobrecito, le dijo a la mamá. No lo tiremos, así lo vamos a tener para siempre. Y lo embalsamó. Eso sí, lo abrigó sobre la mantita que tanto le gustaba.
El bobby, fiel, siempre a sus pies.
De vez en cuando tenían visitas, y,  sacalo al Bobby, decía la anciana, que después la gente habla, viste?.

Ya de chico tenía alguna rareza,( nada de importancia) como cuando le dio por coleccionar bichos, los pinchaba en láminas de corcho y los dejaba secar.

Hasta que la casa se llenó de polillas y no hubo manera de sacarlas. O la vez que trajo el murciélago seco y dormía con él, para ver si era Batman.
Conservador. Esos de los que no tiran nada.
Ya de muerta le decía: 
- ¿Quiere un té mamita? Usted es el alma de esta casa. ¿Sabe que no da ningún trabajo? Con usted, uno nunca se siente solo.-

Lo bueno de mirar juntos la Tele. No se perdía  esa costumbre de cenar en familia. La hora de la conversación:

"- Mire, ve lo que dicen? Ahora que todo aumenta, mamita, voy a tener que usar su jubilación. Total usted ya no la necesita. Vio! Lo que cuesta vivir, ¿eh?-"
 Y la viejita nada, tan buena y servicial, como dijeron los vecinos a la prensa.

El barrio se sorprendió cuando escuchó la noticia. A él,  hacia semanas que no lo veían.
Lo último que supieron fue que hubo que entrar por la fuerza. Lo encontraron muerto al lado de la madre. En la cocina estaba servido el té para dos.



lunes, 13 de enero de 2014

Sin pantalones

Bajamos del subte en Piedras cuando el tipo subió. Prolijo, pelo corto, camisa y sin pantalones. Cara de piedra, inmutable. Debajo del saco se le asomaban los calzones.
¿Viste eso?, dije, y mi amiga, che, yo no soy psicóloga ni nada, pero este es un exhibicionista. 
Naa, es algo de una movida cultural, dijo Alan que venía en el grupo con nosotros, pero son pocos.
Mucho arte, pero a éste le gusta mostrar las piernas, dijo Ana. Al menos Minujin te hace esa boludez del lobo marino con alfajores y después te los comes. Éste  te muestra el lobo y ¿qué te da?
Quizás es un estudio sociológico, dije, y Ana, (cada vez más feliz) ¡Sí!, estudian si el tamaño importa. ¿El tamaño de qué? dijo Lula, con toda su inocencia. Del cerebro, Lu, si alguna se le arrima, es que no tiene.
Agus se sumó a la charla, indignada, ¿Y dónde está el esfuerzo? ¿ Es que ya no importa la sorpresa? Ni tiene ni que abrirse el saco, está todo a la vista. 
Tenés razón, no se puede confiar ni en los exhibicionistas.
Sátiros eran los de antes, dijo Sandra, ¡Y ni hablar de ir en subte! Esos iban en colectivo, sudando la gota gorda. Y ni hablar de creatividad. Nada que ver con el tipo del tren que se pone un cono de papel con minas desnudas en la cabeza y dice que ama a todas las mujeres. Ese no esconde nada, habla con la gente, le toman fotos; en cambio éste se saca los pantalones y andá a saber qué hay debajo. 
Te das cuenta. Es un cobarde oculto bajo el ala de la cultura, dijo Ana, ya no se puede subir ni al subte tranquila.

domingo, 12 de enero de 2014

Cosas que no podes hacer en la primera cita.



- Yo escucho Regue, dijo él.
- Yo escucho música oriental
- ¿A ver? Qué lindo. ¿Y qué dice?
- (..... ) Me tengo que ir.

viernes, 10 de enero de 2014

Cómo deserotizar a una mujer: ¿Cómo lo estoy haciendo?

No me pregunte.  Calle le ruego. ¿Y si se relaja?
                             Sienta.                       
  ¿Vio cómo avanzamos? 
A que también le gusta... mire, tómese el pulso. Dígame si así no es mejor, eh?
 ¿ve? 
Ahora somos dos. 

miércoles, 8 de enero de 2014

Cómo deserotizar a una mujer III: ¿ Yo te gusto?

Sepan los señores que si no nos gustaran no estaríamos allí a medio despeinar, en espera de movimiento. 
No nos pregunte, ¿dele? 
Y por favor, deje. Nada más deserotizante que andar durito metiendo panza como si eso fuera algo importante. Vamos, venga con toda esa piel suelta que vamos a divertirla un poco.
Demuéstreme quién manda que me salgo de ganas. 


martes, 7 de enero de 2014


Cosas que no podes hacer en la primera cita.

¿Quien no tuvo una cita terrible y quiso salir corriendo? 

Este es un espacio para esos valientes que remontaron el encuentro y nos cuentan la experiencia.




...Nos citamos en una librería.
    Entramos a la sección de historia.
    Se puso a  hablar de los nazis.
   - Yo soy judía.

No podes hablar de exterminio cuando no conoces a quién tenes enfrente. 

lunes, 6 de enero de 2014

Llorar de rabia

Durante la primaria tuve una mejor amiga.
Vivía en una casa de principios de siglo, rodeada de grandes jardines a los lados. 
Una vez al año me invitaba a su cumpleaños. La invitación llegaba por correo con una semana de anticipación. Aún me recuerdo entrando al caserón, escalera de madera, puerta de roble. Detrás, la mamá, el papá, los animadores. 
Para la época, una fiesta con animación era un hallazgo: carreras de embolsados, carreras de tres piernas, búsqueda del tesoro. 
Premios para todos. 
Tres horas al año que me resultaban el Paraíso.  Cotillón, caramelos, y esa rareza de cuadrado con un espacio libre para mover las fichas.

En séptimo la invitación no llegó. 
Tampoco nadie me supo decir qué pasó con ella. Creían que se había ido a otra escuela, o algo así. No volví a verla. 

A los veinte supe que los habían matado a todos, a ella y a sus cinco hermanos, ¿no te acordas que el padre era militar?, No, no me acordaba. A los once no me importaba si el padre era cura, ladrón  o barrendero; sólo me interesaban las corridas en el patio de la escuela, los relatos de los pasillos y ese gran día hacia fin de año, en su casa.
Hoy en el lugar hay un edificio, ni rastros de los jardines, ni de su historia. 

Una debería plantarles edificios a los recuerdos, pero a mí no me sale. 
Aunque lo intento, siguen allí ocultos, como cuando era chica  y corríamos en búsqueda del tesoro. 
Sólo que ahora,cuando los encuentro, me hacen llorar de rabia.

Primeros vuelos

Miro desde la ventana. 
Un gato amenaza el adiestramiento de vuelo de un gorrión con intención que sea el último.
Voy a intervenir. 
Un grupo de gorriones adultos se abalanzaban sobre el gato como un MIG y dan de lleno  sobre el objetivo.
El animal se retira.
Miro y aprendo.
La próxima vida voy a ser ave.