lunes, 8 de diciembre de 2014

Diario de viaje: Morelia y un callejón para el amor.

Morelia, México, leyenda

Existe en México una calle angosta de piedras grandes, un estrecho pasaje de sólo dos cuadras en cuyo centro se levanta una antigua fuente de agua clara.
A veces llamada Calle del beso, otras, Callejón del romance, todo sea por nombrar un sitio donde el amor es un acto de fe.



Cuenta la leyenda que los enamorados van allí a sellar su amor con un candado.
Lo abrochan a una reja y al salir tiran la llave. 

Dicen  que en ese callejón, el compromiso no tiene fecha de vencimiento, que el amor se firma con un beso, (que en asuntos del corazón vale más que la sangre), y el código así sellado dura la Eternidad.











Hay en el mundo otros lugares donde dejar atado el amor, pero dicen que ninguno se le parece.

Cuentan los que fueron, que al entrar los relojes se detienen, y sólo al salir vuelven a andar,  y que  
el Día de los Muertos se los puede ver caminando entre la gente, como sombras inseparables que vagan de la mano, almas en gracia ( sin pena).


Hay gente que no se acerca, se persignan y piden como deseo nunca desear entrar. 
Ellos no creen en fantasmas (tampoco saben amar.)

Los que se enamoraron saben que del callejón
Aconsejan entrar con el corazón abierto y dejarlo perdido sin regresar a buscarlo jamás.

En Buenos Aires comienzan a verse los primeros candados en el Rosedal.



Si van, lean bien los carteles

Enamoradizos abstenerse. 
El castigo es el amor del que dura para siempre.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Visitante


 .
Si fueras un pájaro, te despertarías a las seis, gritarías un poco, ensayarías un canto como para desperezarte, y saldrías a buscar gusanos. Te acunarías sobre una rama, evitarías conciliar con las palomas ( no son nada conciliadoras), y, todo el día de aquí para allá, hasta la caída de la tarde.

No es fácil ser pájaro en la city. Cuarenta grados, calle de avenida, cientos de líneas de colectivos, gente apurada, bocinazos, nadie te da bola. 

Comencé a pensar como pájaro desde hace un tiempo, cuando llegó a casa un benteveo pichón en apuros. Llegó en las manos de Daiana; estaba en peligro, dijo, a vos te gustan, podrás ver? El tipo me miraba, chiquito, desde la cuna de trapos donde lo trajeron.

Caerse de un nido es cosa de vida y  muerte, y la verdad, mejor hubiera sido la jungla. Lejos de su mamá, lleno de hambre y de gusanos, sin poder volar, desvalido en la gran ciudad
En fin, yo tendría que aprender y a él no le quedaba más que esperar a que fuera rápido.

Le curé los bichos y lo llené de comida (como pude, pobre)
Lo llamamos Cuco, porque gritaba como un loco y desafinaba. Los gritos nos asustaban, por eso Cuco, por aquello de portate bien o  te va a llevar el Cuco.
En cada grito buscaba a su mamá.
Sufríamos, los dos. 
Íbamos muy temprano al lugar donde lo habían encontrado. Él, vigilaba, atento, sobre mi mano. Buscábamos a su familia. Pero no lo logramos.

Cuco gritaba. Yo entristecía. 
Si seguía domesticándose, no iba a poder volver con los suyos.
Empecé a sacalo al jardín, lo apoyaba en una ramita y ahí se quedaba quieto hasta que lo guardaba de nuevo, y lo mismo al otro día.

Una mañana vi por la ventana cómo una pareja de benteveos lo rodeaba. Se le acercaban, lo miraban. Lo van a lastimar, pensé. Sin embargo, al rato,  se fueron. 
Al día siguiente estaban de nuevo ahí. Y al otro, también. llegaban temprano y le andaban cerca hasta que caía la tarde y Cuco se guardaba.
Los pájaros cocleaban unos ruidos, como si aplaudieran castañuelas con los picos. Él gritaba fuerte y abría la boca.

Cuando vi que le daban de comer, lloré.
Lo reconocían como propio,  en una danza de ruidos, donde, al final,  lo llenaban  de lombriz.   
De a poco fue dejando la seguridad de su única rama, yo lo buscaba, y él me miraba parado desde la planta cercana. Yo lo llevaba a su rama, y al rato, otra vez no estaba. 
Los amigos le estaban enseñando a volar: vuelo corto, de planta en planta, lo acompañaban, siempre los dos. 

Una tarde lo busqué, pero ya no lo encontré. 

Hoy volvió. Trajo al jardín a sus hijos. Sabemos que es él porque se posa siempre en la misma rama, y estamos seguros, porque desafina. Yo no le pude enseñar. 


Acá está, por si lo quieren ver.  

Cuco: http://www.youtube.com/watch?v=znDo_ftdHf8

viernes, 21 de noviembre de 2014

Decálogo mediático




Dada tanta demanda cretina me dio por tirar lo que no sirve, y actualizar las normas vigentes.
Lo que va ahora: 
  • Tire la primera piedra. ( con fuerza, y retírese antes de que se la devuelvan.)
  • Hable mal de todos. Recuerde, el chisme es dinero. 
  • Sea apasionado: destruya al prójimo con todo el amor con que se ama a sí mismo. 
  • Deseé siempre la mujer de su amigo, su hermano, su vecino, o su cuñado. 
  • Selfíese: ámese y ámese,  no se detenga, que en el amor como en la guerra, todo vale.
  • Facebookquíese: edite su mejor perfil.No importa lo que muestra. Muéstrelo.
  • Ninguneé, siempre es beneficioso para uno. 
  • Procúrese lo que necesite. Si es necesario, robe. El crimen  paga.
  • Esconda la mano.
  • Borre con el codo.
  • Amén.

Ser mediático

Me da que a falta de realismo mágico, se vino el realismo crudo.

Y es que parece que la teve es producto de alguna venganza de los dioses - que a lo mejor nos merecemos-  una plaga encargada en no dejar bicho con cabeza.

Definiendo mediático: 

A. Golpe bajo, circo de la miseria humana
B. Exposición en carne viva de personas de variado estrato social.
C. Dícese del lugar donde toda la gama de bajezas queda a la vista.
D. Espacio público donde vale insultar empujar o pegar previo arreglo monetario con el invitado.

Todos opinan, se dice lo que se quiere. Si no le gusta, a quien le importa. Cualquiera vale una libra de carne. Si llora, mejor, que el llanto sube el ratting.

El público, encantado. Siempre es bueno saber que hay otro más miserable y ruin a quién exponer sin piedad.






miércoles, 5 de marzo de 2014

Cosas que no podes hacer la primera cita

Ricardo Mariño. Colectivo fantasma
- Te quiero hacer una pregunta. - dijo él.

-  Por tu cara te puedo decir lo que estas pensando: yo no quiero que pase algo.  - contestó ella.

-  Pero yo sí quiero.

 A ella nunca le dio tanta alegría ver venir el colectivo.

lunes, 17 de febrero de 2014

Celos I: El celo imposible.

A mi amiga Flora no le preocupan las chicas lindas que su novio puede mirar en la calle. No le importa cuando él se da vuelta y le mira disimuladamente el culo, o dice al pasar, qué gomas, ¿viste?
Lo que mi amiga no tolera y la pone como Hulk son las actrices. Odia a todas las actrices y más a las que le gustan a su novio.
Le brota un odio encarnado que la hace cambiar de canal si aparecen, o asentarle encima y restregarse bien el trasero para evitar que vea cualquier  imagen de película, y haga el comentario no deseado.
Atenta al mínimo detalle. Un sutil cambio en la respiración, una dilatación leve de pupilas, o la atención de más de un segundo sobre la pantalla,  termina en: sos un tarado.
Insulto suave, indicio de que una tarde de perros se aproxima. O el infierno, si él osó mencionar alguna parte bella del cuerpo o alguna buena cualidad de la Otra tan temida.

Aunque le diga que es imposible (que nunca va a suceder, que se quede tranquila, basta loca) no hay caso. Creo que le teme más a lo real, que a la fantasía. Y es que si él la tuviera enfrente, sin dudar, se iría con ella.

sábado, 8 de febrero de 2014

La novela burguesa, el matrimonio como un lugar feliz

Elena Linshanskaya


(Basado en el modelo típico del casado con hijos.)


El marido burgués construye su vida alrededor de la familia.

Por ella ha renunciado  a su libertad, a sus días adolescentes, a su parranda universitaria, a su madre, a los domingos.
Posterga todo en pos de el bienestar. Su casa, sus hijos, su pileta,de los que no puede disfrutar porque  sacrifica 14 horas trabajando para sostenerlos.

Padre abnegado, esposo ideal, lobo de Wall Street. 

Pequeñas delicias del la vida conyugal: 
la Amante.

 Alivio y solaz de toda amargura, la mujer oculta. La que lo escucha en la sombra, el verdadero amor.

Los amantes mariposa
Sólo ella es quien puede llenar su vacío individualista,
sin exigirle obligación alguna. Santa cortesana, compañera de su mortal aburrimiento, hélice y pivote del sufrimiento que carga, peso moral impuesto que no lo deja blanquear su a corazón a viva voz, culpa del vil propósito del matrimonio, que insiste en no dejarlo gozar. 

Ella, mujer secreta. Ella, quién exprime su esencia vital en gotas sudorosas hechas de la más plena y orgiástica felicidad, exhausta por brindar placer al semental dionisíaco agobiado por la cultura.

Reglas para el marido burgués:

1. El buen marido no sale de noche.
2. No regresa a casa sin avisar.
3.El horario de La Amante es en o durante horas de oficina.

Excepciones:  si tiene valor y dado un acto de exagerado coraje, se permite un After a la semana, en un turno los jueves, (los viernes son para los amigos), un polvo de dos horas y  a casa.

Todos felices, comen perdices.

Entretenimientos y tareas:

Ni la cerveza, ni el fútbol, ni babear semidormido en el sillón. No. El hobby es y será reunirse con otro matrimonio burgués, comer asado, hablar de política, economía, globalización, dolarización, cambio y devaluación.
Después, volver a casa, tomar la pastilla, leer el diario, amargarse con el noticiero, sumar gastos, jugar al Sudoku, y,
 basta de diversión, que mañana es lunes.

Las vacaciones en familia:

El eterno retorno ininterrumpido a las obligaciones sufre una variación.
Las vacaciones exigen un paréntesis en la organización rigurosa de las cosas.
Con ellas hay exceso de esposa y niños, de tiempo libre.
 El ocio le causa estrés, tanto, que al pisar la playa desea volver al trabajo.

En la arena recuerda las piernas de su amante, la sensualidad con que lo recogen una vez a la semana, la bata rosada con plumas. el aroma a vela de vainilla se le pierde en la imaginación, mientras, su esposa y sus hijos le piden que les compre unos churros.

El descanso de un hombre sensible.

Es en ella en quien descansa. En su frescura, en sus alas. 
Ella, quién lo abraza, ella lo curar del descanso.
Lo libera, alivia el vértigo  de esas interminables vacaciones.
Sí. Sentimiento al fin.
Le promete amor eterno. 
La vida es ese rato, una vez a la semana.

La cruda verdad

El hombre burgués sufre. Pero de aburrimiento. El tedio, su fiel compañero de horas pérdidas.
 Hombre sin imaginación, cobarde de libertad. 
Lobo estepario, sólo y triste en el mundo hostil.

Su vida es y será el trabajo. De ese hilo pende su historia.
 Por siempre y hasta jamás.




viernes, 7 de febrero de 2014

jueves, 6 de febrero de 2014

Amigas


Por esas amigas que te hacen sentir menos loca cuando se unen a tus locuras 

Amigas hay muchas.

Hoy me da por hablar de las que siempre se aburren.
Te llaman por teléfono y empiezan con "- Holaaaaaaaa- " y estiran la "A" igual que el asunto del que te hablan y cuentan lo que les pasó con fulano o mengano por horas.
Para eso, digitan al momento de subir a colectivo y dicen: espera! (y una espera) mientras escuchas al colectivero que dice, ¿Cuánto?, y ella,  dos con cincuenta. Caen las monedas, y vos ahí, escuchando hasta que al fin logra sentarse y entonces habla y habla, hasta llegar a destino. ¿Nuestra vida? Detenida. No te  pregunta si estas ocupada, enferma o con ganas de vivir. Hasta que, uy, te cuelgo que lleguè,  dice, y adios.


Vos realmente la querés, entonces la llamás para ver cómo anda. ¿Qué tal? le preguntás, y ella, ¿salimos?  Bueno. Te ilusionás, seguro tiene una propuesta genial. Pero no. Ahí vamos, bajo este calor infernal, vidriera tras vidriera, bar tras bar, de un lado para otro, sin detenernos.
Ella, buscando la sorpresa permanente, nosotras, Una flameando detrás.
Hasta que terminamos en sus lugares habitué, repletos de sus conocidos que la hacen protagonista. ¿Y una? en segundo plano, y nada de discutir que se ofende para siempre.

Adoradoras del blanco o negro, amiga, sos la más buena, o se acabó, y sos la peor de todas.

Epílogo: 



Si tenes una amiga que ensaya el "llame ya", es tan  caprichosa como divertida,  va por todo cuanto se le antoja, nada la sorprende y todo le dura un abrir y cerrar de ojos: ¡disfrutala!
Esta amiga te enseña que la vida es un instante y que con ella cada segundo puede ser intenso e irrepetible.
No le des importancia  a lo sutil y aprovecha a ese tesoro que dios te puso en el camino. 



No te enamores de una mujer o de un hombre que...


"No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe...
No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca.
 No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma.
No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música. No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y vertigue un inmenso horror por las injusticias.
Una a la que le gusten los juegos de fútbol y de pelota y no le guste para nada ver televisión.
Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo.
No te enamores de una mujer intensa, lúdica y lúcida e irreverente. No quieras enamorarte de una mujer así.
Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no,
de ella,
de una mujer así,
jamás se regresa."                                       Martha Rivera-Garrido
                                                            Poeta, narradora, ensayista y dominicana.

Yo me enamoraría de un hombre  intenso y lúdico, irreverente y rebelde que se horrorice ante la injusticia y al que le guste jugar.
Y si  ríe o llora haciendo el amor, y si ama la poesía, y si se enamora de mí, creería que el Paraíso existe.


viernes, 31 de enero de 2014

El túnel del tiempo

En Villa Ortuzar está la cantina de Don Chicho, manteles de papel y sifón en mesa, como se merece el bodegón que se precie. Data de 1922 y fue fundado por una familia de italianos. Desde entonces Anibal Troilo, Osvaldo Pugliese, Floreal Ruiz, Alberto Morán y también escritores como Adolfo Bioy Casares, se sentaron a disfrutar las pastas elaboradas a mano, a la vista de todos.
La fundadora del lugar se llamó Doña Filomena, igual que mi bisabuela. Todos contadores de historias e hinchas de Chacarita, amigos queridos por todos los comerciantes tradicionales de la zona, como mi papá que desde hace cuarenta años los conoce.

Entramos. El santuario está repleto de presencias: La foto de Gardel, el póster gigante del equipo campeón del metropolitano de 1969, de Carlos María García Cambón y Eliseo Jorge Petrocelli, el escudo de Chacarita. Para el dueño, todas biblias, ningún calefón. De fondo suena un tango. Sobre una mesada, una Pastalinda y una mujer hacen fuchiles, uno por uno, enrollándolos en una varilla de paraguas.

Mi viejo se pidió la albóndigas con salsa. Apenas las probó, sucedió algo: salió del silencio en el que se hallaba y empezó a hablar.

- "Cuando vivía en el conventillo, había una italiana que cosía pantaloncitos en la Singer . Mi mamá la vio y creyó que era fácil, quiso probar. Tenía una máquina vieja que le trababa el hilo, le enganchaba la tela, pobre. Y la tana meta hacer uno atrás del otro... ¿Y cuando no había tanta tensión? Teníamos el regulador de voltaje: - "Ponelo para arriba, me decía, no, mejor para abajo"-. Me la pasaba subiendo y bajando la manija. Nunca andaba.
Para plancharlos tenía un hierro a carbón. Lo prendía hasta que estaba al rojo. Si se pasaba se quedaba sin pantalones y ese día no había qué comer.
Una vez vino mi amigo Antonio con la moto Piaggio. Íbamos a salir y se quedó sin nafta. Teníamos bencina y yo le dije que probáramos, total qué podía pasar. Le pusimos al tanque. Hicimos dos cuadras y explotó como una bomba. El escape quedó abierto como una flor.
Él sólo me preguntaba si yo estaba bien. Eran tiempos de escasez pero valorábamos a los amigos "-


Ahora en la mesa de tablones eramos tres generaciones envueltas entre relatos que se enlazaban como la buena pasta.
Yo no sé que tendrían las albóndigas, pero parece que despiertan la memoria guardada.
Mi viejo contó y contó sin parar hasta que le pasó el pan a la salsa y acabó con el último bocado. Por las dudas no pedimos postre.
Si van coman con cuidado y lleven pañuelos.
Algunas historias los pueden hacer llorar.

sábado, 25 de enero de 2014

Cosas que no podes hacer en la primera cita.



¿Vamos a la sección de horóscopos y espiritualidad?
-  Yo tiro las cartas- 
-  Enseñame, ¿Cómo tengo que hacer?
- No te puedo decir todo, pero hay cartas buenas y       hay malas...
- ¿Hay malas? Entonces no me gustan.


martes, 21 de enero de 2014

Un círculo no es rutina

La continuidad sistematiza el eje y se espeja en miles de cristales de donde surge la diferencia.


Esta mañana recibí este correo. 

"Acá estamos amiga, ¿cómo va la vida? Ayer, mañana de costura para la casa, quedó lindo. Después de una breve siesta en compañía de mi marido, que me invitó a tomar la merienda en la costa. ¡Qué lindo estaba, no sabes! Después a la verdulería, vinimos, lavé el auto, (aún en contra de los que decían que iba a llover) pero no: ¡quedó divino! (y ni una gota., como hace meses)

También encontré este cartel: Siempre  hay una razón y me acordé de algo: sólo la falta de amor hace que nos separemos."


Como todos los días, se repiten rutinas, acciones, detalles, frases, recuerdos. El amor se profundiza en lo que se repite. Repetición no es monotonía; es tolerancia, equilibrio y orden. 
La gota constante erosiona la piedra y la transforma. Las repeticiones fortifícan, se hacen músculo. Permiten comprender la fuerza y la complejidad del universo. La repetición crea un sistema y en ese conjunto aparece la diferencia. Cada experiencia permite el ajuste. Hay miles y millones de planetas en miles de millones de galaxias; una repetición en espejo a nuestro sistema. Un universo donde la repetición es evolución y una chispa de aire crea vida contra viento y marea.
Una repetición en la que, en un respiro, aparece tu vida que es única. 

Cierto equilibrio en lo que se reitera nos hace humanos.
Cubro, protejo, guardo, resguardo. Potencio, sostengo. Compongo una trama, duplico colores; somos iguales y distintos.


Por eso respira amiga. Respira. Respira. Respira. 
Y mientras tanto, sigue dejando tu huella.


jueves, 16 de enero de 2014

¿y tu madre?


Bien, en casa.



Así decía el tipo que tenía a la madre muerta en la cocina desde hacía diez años. 
La noticia no tuvo trascendencia, quedó oculta bajo otros sucesos terribles como la caída de un rayo, entre otras.

Bobby
La tenía momificada. Parece que primero había practicado con el Bobby.

Pobrecito, le dijo a la mamá. No lo tiremos, así lo vamos a tener para siempre. Y lo embalsamó. Eso sí, lo abrigó sobre la mantita que tanto le gustaba.
El bobby, fiel, siempre a sus pies.
De vez en cuando tenían visitas, y,  sacalo al Bobby, decía la anciana, que después la gente habla, viste?.

Ya de chico tenía alguna rareza,( nada de importancia) como cuando le dio por coleccionar bichos, los pinchaba en láminas de corcho y los dejaba secar.

Hasta que la casa se llenó de polillas y no hubo manera de sacarlas. O la vez que trajo el murciélago seco y dormía con él, para ver si era Batman.
Conservador. Esos de los que no tiran nada.
Ya de muerta le decía: 
- ¿Quiere un té mamita? Usted es el alma de esta casa. ¿Sabe que no da ningún trabajo? Con usted, uno nunca se siente solo.-

Lo bueno de mirar juntos la Tele. No se perdía  esa costumbre de cenar en familia. La hora de la conversación:

"- Mire, ve lo que dicen? Ahora que todo aumenta, mamita, voy a tener que usar su jubilación. Total usted ya no la necesita. Vio! Lo que cuesta vivir, ¿eh?-"
 Y la viejita nada, tan buena y servicial, como dijeron los vecinos a la prensa.

El barrio se sorprendió cuando escuchó la noticia. A él,  hacia semanas que no lo veían.
Lo último que supieron fue que hubo que entrar por la fuerza. Lo encontraron muerto al lado de la madre. En la cocina estaba servido el té para dos.



lunes, 13 de enero de 2014

Sin pantalones

Bajamos del subte en Piedras cuando el tipo subió. Prolijo, pelo corto, camisa y sin pantalones. Cara de piedra, inmutable. Debajo del saco se le asomaban los calzones.
¿Viste eso?, dije, y mi amiga, che, yo no soy psicóloga ni nada, pero este es un exhibicionista. 
Naa, es algo de una movida cultural, dijo Alan que venía en el grupo con nosotros, pero son pocos.
Mucho arte, pero a éste le gusta mostrar las piernas, dijo Ana. Al menos Minujin te hace esa boludez del lobo marino con alfajores y después te los comes. Éste  te muestra el lobo y ¿qué te da?
Quizás es un estudio sociológico, dije, y Ana, (cada vez más feliz) ¡Sí!, estudian si el tamaño importa. ¿El tamaño de qué? dijo Lula, con toda su inocencia. Del cerebro, Lu, si alguna se le arrima, es que no tiene.
Agus se sumó a la charla, indignada, ¿Y dónde está el esfuerzo? ¿ Es que ya no importa la sorpresa? Ni tiene ni que abrirse el saco, está todo a la vista. 
Tenés razón, no se puede confiar ni en los exhibicionistas.
Sátiros eran los de antes, dijo Sandra, ¡Y ni hablar de ir en subte! Esos iban en colectivo, sudando la gota gorda. Y ni hablar de creatividad. Nada que ver con el tipo del tren que se pone un cono de papel con minas desnudas en la cabeza y dice que ama a todas las mujeres. Ese no esconde nada, habla con la gente, le toman fotos; en cambio éste se saca los pantalones y andá a saber qué hay debajo. 
Te das cuenta. Es un cobarde oculto bajo el ala de la cultura, dijo Ana, ya no se puede subir ni al subte tranquila.

domingo, 12 de enero de 2014

Cosas que no podes hacer en la primera cita.



- Yo escucho Regue, dijo él.
- Yo escucho música oriental
- ¿A ver? Qué lindo. ¿Y qué dice?
- (..... ) Me tengo que ir.

viernes, 10 de enero de 2014

Cómo deserotizar a una mujer: ¿Cómo lo estoy haciendo?

No me pregunte.  Calle le ruego. ¿Y si se relaja?
                             Sienta.                       
  ¿Vio cómo avanzamos? 
A que también le gusta... mire, tómese el pulso. Dígame si así no es mejor, eh?
 ¿ve? 
Ahora somos dos. 

miércoles, 8 de enero de 2014

Cómo deserotizar a una mujer III: ¿ Yo te gusto?

Sepan los señores que si no nos gustaran no estaríamos allí a medio despeinar, en espera de movimiento. 
No nos pregunte, ¿dele? 
Y por favor, deje. Nada más deserotizante que andar durito metiendo panza como si eso fuera algo importante. Vamos, venga con toda esa piel suelta que vamos a divertirla un poco.
Demuéstreme quién manda que me salgo de ganas. 


martes, 7 de enero de 2014


Cosas que no podes hacer en la primera cita.

¿Quien no tuvo una cita terrible y quiso salir corriendo? 

Este es un espacio para esos valientes que remontaron el encuentro y nos cuentan la experiencia.




...Nos citamos en una librería.
    Entramos a la sección de historia.
    Se puso a  hablar de los nazis.
   - Yo soy judía.

No podes hablar de exterminio cuando no conoces a quién tenes enfrente. 

lunes, 6 de enero de 2014

Llorar de rabia

Durante la primaria tuve una mejor amiga.
Vivía en una casa de principios de siglo, rodeada de grandes jardines a los lados. 
Una vez al año me invitaba a su cumpleaños. La invitación llegaba por correo con una semana de anticipación. Aún me recuerdo entrando al caserón, escalera de madera, puerta de roble. Detrás, la mamá, el papá, los animadores. 
Para la época, una fiesta con animación era un hallazgo: carreras de embolsados, carreras de tres piernas, búsqueda del tesoro. 
Premios para todos. 
Tres horas al año que me resultaban el Paraíso.  Cotillón, caramelos, y esa rareza de cuadrado con un espacio libre para mover las fichas.

En séptimo la invitación no llegó. 
Tampoco nadie me supo decir qué pasó con ella. Creían que se había ido a otra escuela, o algo así. No volví a verla. 

A los veinte supe que los habían matado a todos, a ella y a sus cinco hermanos, ¿no te acordas que el padre era militar?, No, no me acordaba. A los once no me importaba si el padre era cura, ladrón  o barrendero; sólo me interesaban las corridas en el patio de la escuela, los relatos de los pasillos y ese gran día hacia fin de año, en su casa.
Hoy en el lugar hay un edificio, ni rastros de los jardines, ni de su historia. 

Una debería plantarles edificios a los recuerdos, pero a mí no me sale. 
Aunque lo intento, siguen allí ocultos, como cuando era chica  y corríamos en búsqueda del tesoro. 
Sólo que ahora,cuando los encuentro, me hacen llorar de rabia.

Primeros vuelos

Miro desde la ventana. 
Un gato amenaza el adiestramiento de vuelo de un gorrión con intención que sea el último.
Voy a intervenir. 
Un grupo de gorriones adultos se abalanzaban sobre el gato como un MIG y dan de lleno  sobre el objetivo.
El animal se retira.
Miro y aprendo.
La próxima vida voy a ser ave.