sábado, 1 de junio de 2013

Templos

Circulabamos por Rivadavia, miré por la ventanilla, vi una casa con  cruces gigantescas de vitral, con  letras azules iluminadas que decían:

                        "Santuario mundial de los milagros." 
                           "No pague más." "Deje de sufrir."

Pensé en bajarme y entrar, pero estaba apurada. Lo raro es que no hubiera un mundo de gente...


3 comentarios:

  1. Jajajjaa, buenísimo. Mucha cháchara y mentiras en esta vida.

    ResponderEliminar
  2. Un día vamos juntas: ando necesitando el Manto de los Milagros, el agua sanadora de Jerusalén y hasta al ministro brasilero que me llame hermana! Fuera Demonio! Muy bueno. Mónica

    ResponderEliminar
  3. yo te llevo y hacemos milagros! jajaja

    ResponderEliminar