domingo, 16 de junio de 2013

Pegar


Hace unos días salió una noticia sobre Bullying: un chico de 14 años se suicidó porque lo maltrataban en la escuela.
Yo no sé ustedes,  pero para mí, el colegio, no fue un jardín de rosas: burlas, tirones de pelo, desprecio.

La otra mañana mi hija me abrazó: no sabía que habías ido a hablar, gracias, dijo.
Se refería a la tarde que llamaron de la escuela porque había pegado a otra nena. Un misterio, porque nunca había golpeado a nadie.

Salí disparada a la escuela, nos alegra que esté acá- dijo la directora-  es que nos sorprende lo que sucedió.

- A mí también, por eso vine. Por qué creen que un chico que nunca pega  tiene que empezar a pegar- pregunté.

- Bueno, estamos viendo qué hacer, porque hay chicos difíciles,pero las maestras trabajan en el aula con los  libros de convivencia. Los chicos reflexionan para mejorar. Estamos trabajando en eso-  dijo.
La directora hizo silencio.

No quería escuchar nada más. No me gustaba un mundo donde para "ser" había que pegarle al compañero.
Ese día charlamos. Contó como la molestaban en la fila, como no la dejaban hablar, como la excluían de los juegos. Le preguntamos si ella creía que ahí estaban los afectos que elegía. Todos teníamos dudas, no sabíamos qué era lo mejor.

Le propusimos opciones, todavía cursaba el séptimo grado, y había mucho camino por hacer. Se tomó unos días y decidió que quería un cambio. Al siguiente año empezó en otra escuela.
A mucho de ese tiempo, creo que aprendió a elegir donde quiere estar y con quien compartir. Tiene amigos que saben incluir la diferencia.
Yo me alegro de haber escuchado el corazón, haberme animado, aún cuando no estaba segura.
Hoy disfruto de verla feliz.


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